TENDENCIA ESTUDIANTIL LIBERTARIA
– Base U.N.M. San Marcos-
Comunicado
Compañeros universitarios:
Nosotros, los que conformamos Tendencia Estudiantil Libertaria, organización de estudiantes de todos los ámbitos de la enseñanza pública y privada del Perú, nos dirigimos a ustedes y al público en general para celebrar en estas horas de lucha la resistencia del estudiantado chileno en guerra contra el modelo de la “educación de mercado”, que como en toda Latinoamérica, en su país se ha venido implementando bajo el oprobio de un régimen económico neoliberal, que durante décadas y bajo la imposición de las botas militares de una de las dictaduras más crueles que ha visto el continente primero, y luego con un retorno a la democracia burguesa a través de un infame pacto político denominado “concertación”, ha privado a su pueblo del mejor acceso e implementación de una educación científica, critica y popular.
Las grandes movilizaciones de este año 2011, han no sólo irrumpido en la escena pública y política, sino también rebasado fronteras, irradiado su ejemplo o por lo menos la solidaridad fraterna de las organizaciones y pueblos que luchan contra la injusticia del modelo imperante.
La gran movilización estudiantil chilena a puesto en jaque no sólo al “modelo neoliberal” en el vecino del sur, sino en todo nuestro continente, pues toda esa ola nacida de la imposición de la economía de mercado, de acuerdo a los planes y dictados del imperialismo del periodo de la globalización y los organismos financieros internacionales que le son sirvientes.
Proceso de lucha estudiantil en Chile
Por ello, esta lucha estudiantil no es un estallido espontáneo, ni caótico o una reacción contra alguna arbitrariedad reciente, como pueden pretender hacer creer algunos "medios de información social". La lucha estudiantil en Chile es de larga data y parte incluso de la misma fase del régimen militar pinochetista. Es decir, es parte de un proceso que empezó como un enfrentamiento frontal y valiente contra la dictadura
Las actuales luchas tienen antecedentes en las movilizaciones del año 2001 denominadas por la prensa “El Mochilazo”, convocado por la Asociación Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), en una protesta con tomas de liceos (colegios y escuelas) y marchas contra el cobro por carnet escolar y por reformas en el sistema de transporte público. Pese a que lo propios medios trataron de enlodar la protesta como un acto “lumpenesco”, los estudiantes lograron la solidaridad del pueblo, empezar a despejar la anteojera respecto a lo que significaba la educación de mercado.
El 10 de marzo de 1990, la dictadura pinochetista oficializó la denominada Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), en los últimos días de su administración al frente del Estado chileno. Fue la más burda forma de convertir a la educación pública de un derecho social del pueblo, en un negocio de privados, que ni siguiera tuvo los resultados que sus propulsores esperaron. Más aun aspectos como la “municipalización” de la educación (traspaso de la administración de los establecimientos educacionales desde el Ministerio a la comuna de la zona), para los casos de varios colegios, constituyeron un verdadero desastre, aun dentro de los márgenes de la educación de mercado.
La traición de la “Concertación”
Pese a la oposición estudiantil, la LOCE se aplicó a lo largo de 16 años. Pero este contexto fue abonando el terreno para una nueva y mayor movilización estudiantil. Ya en pleno gobierno de la “socialista” Michel Bachelet (La denominada Concertación, es decir la alianza entre el Partido Socialista y el Demócrata Cristiano), el revitalizado movimiento estudiantil ve la ocasión de tirarse abajo la ley pinochetista. Es así que hacia mediados del 2006 los estudiantes secundarios inician una serie de movilizaciones y tomas de liceos, a lo que se sumó posteriormente el paro de la mayoría de las universidades. La prensa denominó a estas movilizaciones “revolución pingüina", en alusión al uniforme de los estudiantes secundarios. Sin embargo, al gobierno de Bachelet le bastó con hacer oídos sordos a los reclamos de eliminación de la LOCE (fin de la municipalización de la educación, la exigencia de pasaje gratuito en la locomoción colectiva, y otras demandas). Para apaciguar las aguas se nombró un Consejo Asesor Presidencial para la Educación, que elabora el proyecto de "Ley General de Educación", que finalmente no tomaría en cuenta las principales exigencias del movimiento estudiantil de entonces.
Para el año 2007, las movilizaciones fueron decayendo a causa de la represión del movimiento traducida en expulsiones y procesos a dirigentes estudiantiles y la “criminalización” mediática. También hicieron su parte en la fragmentación interna de la unidad del movimiento, por la influencia disociadora de partidos políticos. Los docentes organizados en el Colegio de Profesores de Chile convocaron a diversas paralizaciones (denominadas “Puertazos”) contra el proyecto de Ley General de Educación. Contra viento y marea el Congreso chileno, a través de su Cámara de Diputados primero, y la de Senadores después, se toma el resto del año para aprobar dicha ley. Finalmente, el 7 de agosto del 2009, la presidenta Michel Bachelet oficializa la Ley General de Educación. Pero dicha norma sólo realizó maquillajes cosméticos a la legislación pinochetista.
La herencia actual del pinochetismo, ‘filtrada’ por la Concertación ha afianzado un sistema educativo segregacionista, con ‘instituciones educativas’ que aceptan estudiantes con mejores posiciones económicas y otras destinadas para algunos de los estudiantes más pobres. Lo peor es que en los niveles de enseñanza superior se hace más patente la injusticia y división social: “El arancel de pago de una carrera universitaria sobrepasa siempre el sueldo que obtiene la mayor parte de la fuerza laboral en Chile”, manifiesta un compañero estudiante del Frente de Estudiantes Libertarios de Chile.
Respecto a todo el proceso vivido qué mejor análisis que el de los propios protagonistas. “Durante este extenso proceso de derrotas estudiantiles se experimentó un recambio considerable en las formas de lucha y en las maneras de hacer política estudiantil. De este proceso surgen con fuerzas las denodadas críticas a las dirigencias estudiantiles que elaboran los petitorios del conjunto de los estudiantes entre cuatro paredes, respondiendo a los requerimientos de sus respectivos partidos políticos y la ya conocida práctica de negociaciones a espaldas del movimiento estudiantil”, señala otro compañero estudiante chileno. Esto demuestra que una orgánica de representatividad sin la participación activa de las bases es una instancia burocratizada y negativa para el movimiento.
En este periodo surge la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) que congrega a los estudiantes de las universidades del Consejo de Rectores (tradicionales) organizados en federaciones, organización que ya tiene a la actualidad más de diez años de historia, y sigue protagonizando las luchas estudiantiles.
La propuesta de los estudiantes libertarios
Sin embargo, desde entonces y hacia las recientes y contundentes marchas estudiantiles contra el embate de neoliberalismo más conservador representado por el régimen de Sebastián Piñera, el movimiento estudiantil chileno está mucho más vitalizado con la presencia de compañeros y organizaciones de base de tendencia socialista libertaria. Esto no es casual y es producto de todo ese proceso de apertura a la democracia directa dentro del movimiento estudiantil. Es así que en dicho ámbito ha florecido una cultura y práctica política centrada en el diálogo directo entre los estudiantes de base, de manera horizontal, y en la cual los representantes estudiantiles son simples voceros de las posiciones acordadas por sus bases a quienes se deben.
En este marco ha sido una consecuencia necesaria el surgimiento de un Frente de Estudiantes Libertarios, que abarca varias ciudades principales del país del sur, desde donde las prácticas libertarias basadas en la democracia directa de base, la horizontalidad, el asambleísmo, van ganando terreno, frente al progresivo desprestigio de viejos referentes políticos partidarios tradicionales que desde la izquierda pretenden aun proseguir con dinámicas y orgánicas autoritarias, que tienden a alejarse de las masas y usufructuar las decisiones y la dirección, pese a que en el terreno de la política burguesa se han mostrado como los principales colaboradores de los gobiernos de turno, para contener el vigor y fragor de un movimiento estudiantil que asume prácticas libertarias y cuestiona el accionar político tradicional dentro del movimiento estudiantil.
Cabe señalar que este decantamiento y esclarecimiento se fue dando ante el cada vez más patente acercamiento de referentes históricos de la izquierda chilena, como el PC (Partido Comunista) por ejemplo, hacia la Concertación gobernante, que a estas alturas, pese a haber perdido el poder en manos de la derecha conservadora aglutinada en torno al actual presidente, Sebastián Piñera, no puede evadir su deuda histórica y traición al movimiento popular.
Sin embargo, estos sectores han tratado siempre de pescar a río revuelto, y unidos, el PC y la Concertación, han promovido plataformas electorales para insertarse en las federaciones estudiantiles, llegando a la actualidad a copar las dirigencias de las federaciones del CONFECH (alrededor de 15 federaciones de las 27) y dentro del movimiento secundario dentro de la FEMES (Federación Metropolitana Estudiantes Secundarios) que integra liceos emblemáticos.
Sin embargo, para la tendencia libertaria, más que los hegemonismos, lo importante es que la dirección del movimiento estudiantil la tenga y mantengan las propias bases organizadas, generando instancias de Democracia Directa que dé mayor capacidad y dinamismo al movimiento estudiantil.
Aquí hay que destacar el papel que vienen cumpliendo los estudiantes libertarios, producto de esas luchas, y que ha permitido derivar el conflicto estudiantil de lo meramente gremial hacia el ámbito social. De un reclamo sectorial a un problema de vital importancia ante la opinión pública. El conflicto educativo en Chile encuentra en una encrucijada donde todos los ojos de Latinoamérica, y principalmente de los sectores estudiantiles populares, están puestos sobre su movimiento estudiantil.
Ahora más que nunca es necesaria la unidad y la solidaridad, para enfrentar las divisiones y los ataques que socaven la combatividad del movimiento, la que no puede medirse en base a las demostraciones callejeras de combatividad, sino teniendo en cuenta la fuerza y la articulación del poder popular estudiantil que se va generando dentro de pueblo.
Poder Popular en acción: de los liceos tomados a los liceos autogestionados
Uno de los casos más resaltantes lo constituye el de algunos liceos, en el propio Santiago y Valparaíso, tomados por estudiantes, profesores y padres, donde se viene dando la autogestión educativa. Las materias de las clases y los enfoques de las mismas son decididos por los estudiantes y realizados por profesores externos voluntarios, contando además con la integración de padres y profesores internos. Esta es una respuesta contundente y creativa, frente a aquellas voces –que al igual que por estos lares, con cada paralización o huelga en los colegios o universidades alegan que las tomas y paros ‘sólo sirven para perder clases’. Es la ‘escuela libertaria’ en acción, en medio de un contexto de lucha social; es la forma en la que el pueblo mismo se educa constituyéndose en autor de su propia historia.
La perspectiva del movimiento estudiantil libertario
La victoria del movimiento estudiantil depende de la unidad interna y externa con el movimiento popular en general, en apoyo a las demandas de los estudiantes reivindicando una educación que responda a los intereses y necesidades del pueblo. En este contexto, la articulación y coordinación de las diversas protestas en defensa de los recursos naturales, mejores condiciones laborales y los reclamos estudiantiles contribuyen a socavar las bases del poder gubernamental, solamente en la medida en que den con la consigna de la construcción del Poder Popular. Esto se logra no sólo con la protesta y la lucha reivindicativa, sino con la construcción de orgánicas y dinámicas que basándose en el ejercicio por las masas de la democracia directa, superen las demandas reivindicativas y aborden la cuestión del poder político, y el cuestionamiento directo al modelo político y económico. Generar la movilización constante en torno a una dinámica que evidencie la potencialidad organizativa de los sectores populares, desde donde se proyecte una direccionalidad y perspectiva al movimiento estudiantil, ya no como un reclamo sectorial sino como parte de toda una lucha social general.
Solidaridad con la lucha estudiantil en Honduras
El clamor por una educación gratuita, libre, científica y popular también se siente en otras latitudes. Desde aquí saludamos a los estudiantes secundarios de Honduras, que esta semana se han movilizado en la capital de ese país (Tegucigalpa), en contra de la Ley General de Educación. Cientos de estudiantes, padres y profesores vienen siendo reprimidos y perseguidos por la policía y fuerzas especiales de la represión del Estado hondureño. Confiamos en que ello no amilanará el movimiento, sino que lo fortalecerá, como las grandes luchas sociales que se templan en el acero de la acción y crecen en experiencias y adhesiones. Porque esta es la manera en la que verdaderamente se activa y organiza el movimiento estudiantil y popular.
¡¡Arriba los y las que luchan!!
Tendencia Estudiantil Libertaria
Agosto del 2011
Contactos: estudiantelibertario@hotmail.com
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