viernes, 26 de julio de 2013

¡Contra la injusticia y la corrupción: protesta y movilización!




El panorama socio-político en nuestro país para los trabajadores y el pueblo en general sigue siendo complejo y convulso en medio de las recientes jornadas de protesta por diversas demandas que se han traducido en masivas acciones de protesta y resistencia frente al actual gobierno nacionalista de Ollanta Humala y sus medidas antipopulares y neoliberales.  Ante las movilizaciones sociales el gobierno ha respondido de la única forma que sabe hacerlo: reprimiendo y violetando  los derechos básicos de las personas, agudizando aún más la odiosa tendencia de criminalizar la protesta popular y arremeter contra todo acto de denuncia o descontento.

Como sabemos, el repudio total ha sido a la reciente repartija de cargos dentro del Tribunal Constitucional (TC), la Defensoría del Pueblo (DP), el Banco Central de Reserva (BCR) entre los aliados político-partidarios del actual régimen. Entre los oscuros personajes que participaron de este cuoteo de corrupción están Rolando Sousa, defensor de la inconstitucionalidad (tercera inconstitucional reelección del ex dictador Fujimori, destitución de magistrados del TC opositores, esterilizaciones forzadas, amnistía para violadores de DDHH, etc.), sin contar con sus clientes, corruptos, ladrones y asesinos (Nicolás Hermoza, Julio Salazar, César Saucedo, Dianderas, los Winter, Schütz, Alberto Kouri, etc.) que podrían interponer acciones ante el TC que él vería, sabiendo que si Sousa usó su cargo de congresista para abogar por ilegalidades de sus socios políticos. 

El combo también lo componen Francisco Eguiguren, José Luis Sardón, Ernesto Blume, Cayo Galindo y Víctor Mayorga y Oscar Urviola. Además no olvidemos que Blume es abogado de uno de los alcaldes (Carlos Burgos de S.J.L.) más corruptos y reaccionarios de nuestra historia, quien ahora desde su cargo en el TC hará de juez y parte en las tantas denuncias de su cliente. Pero también tenemos a Pilar Freitas a la Defensoría. Se sabe que está cuestionada por casos como las firmas falsas en Perú Posible, sueldos y dietas del Estado simultáneas, montesinista asolapada del PJ, etc.) y cuya agrupación es aliada del gobierno. ¡Vaya “Defensora del Pueblo”! 

Ahora bien, es necesario tener presente que las recientes movilizaciones que han sacudido la capital y han despertado al país no son hechos aislados o acciones de mero espontaneísmo. El hartazgo popular es un factor en crecimiento y consolidación que ya lleva buen tiempo, sino recordemos nomás que en lo que va de este gobierno los trabajadores estatales se mantienen en pie de lucha contra la Ley del Servicio Civil, los estudiantes en defensa del derecho a la educación gratuita, de calidad y por la vigencia de la autonomía universitaria (vulnerados por la pretendida Ley Universitaria), las protestas contra la Ley del Servicio Militar obligatorio y discriminatorio, los valientes guardianes de las lagunas en Cajamarca quienes siguen resistiendo contra el proyecto minero Conga, además de diversos sectores sindicales y laborales en todo el país que mantienen medidas de lucha frente a la precarización de sus trabajos, frente a las tercerizaciones, contra los despedidos abusivos, frente a la prepotencia de la patronal en complicidad con el gobierno, etc. Todas estas protestas se sustentan en un legítimo malestar frente al actual modelo neoliberal que ha recrudecido en nuestro país. 

En tanto, cada vez es más claro el desmoronamiento de la  ilusión en el crecimiento económico basado en modelos extractivistas, desreguladores, desarrollistas y de libre mercado que nos fueron presentados como el paraíso que lo resolvería todo. Llevamos más de 20 años de “crecimiento económico sostenido” enmarcado en el neoliberalismo salvaje pro imperialista y los resultados saltan a la vista: más pobreza, exclusión, desempleo, inseguridad social, hambre y miseria por un lado y corrupción, privatizaciones, represión, despilfarros y abuso de poder por otro lado. Y peor aún, este gobierno se vanagloria de que para el 2014 tendría asegurada la inversión de más actividad extractiva en concesiones que llegan a 15 mil millones de dólares, para lo cual ha sacado dos decretos supremos el ( D.S. 054 y 060), que en realidad facilitan más la depredación y el exterminio de nuestro ecosistema.

Además en cuanto al panorama de conflictividad socio-ambiental el Estado ha debilitado las exigencias normativas hacia las transnacionales con la creación del Servicio Nacional de Certificación Ambiental que ha sido un grave retroceso recortando los plazos y disminuyendo las exigencias en los Estudios de Impacto Ambiental que ya habían demostrado su insuficiencia. Más grave aún es lo que viene ocurriendo con los pueblos indígenas: después de haber promulgado la Ley de Consulta Previa, nada menos que en Bagua, el gobierno ha anunciado que “destrabará” los proyectos mineros de la consulta previa, es decir, desconocerá un acuerdo constitucional y sobre todo una deuda histórica. ¡Este el rostro real del gobierno de Ollanta Humala, este es el gobierno del caudillo nacionalista que encandiló a ciertos sectores de “izquierda”!

Frente a este panorama la tarea del movimiento popular debe ser seguir forjando la unidad desde la lucha entre los sectores movilizados atendiendo las distintas demandas sectoriales, gremiales, sociales, etc.  Pero este mismo proceso de unidad no debe ser construido a cualquier precio empeñando o entregando lo poco que se va conquistando a sectores con intereses partidistas en particular. La consigna debe ser "TODO EL PODER PARA EL PUEBLO", generando unidad en la diversidad pero desde abajo y a la izquierda. Debe ser escuchado y puesto en primera línea la voz de los estudiantes, de los trabajadores (sobre todo de los ninguneados por las centrales "sindicales" oficiales), de los pobladores de los AA.HH., de los compañeros LGTB, feministas, etc., que componemos el vasto movimiento popular erradicando afanes caudillistas, electoreros o reduccionistas que solo debilitan los procesos en marcha.

Asimismo, como Socialistas Libertarios creemos firmemente que es necesario pasar de la indignación al escenario de abierta confrontación de clases que lo cuestione todo y que busque construir aquí y ahora nuevas relaciones sociales. Recordemos que grandes proyectos revolucionarios en la historia de la humanidad iniciaron por reclamos puntuales, por más pan, por más agua, por más trabajo, contra la corrupción, contra el hambre, etc.,  desencadenando procesos de liberación incontenibles. Hablamos de la forja y consolidación del Poder Popular de abajo hacia arriba y entre todos. No se trata del simple rechazo de ciertos políticos corruptos y la apuesta por otros “más decentes”, no queremos elegir nuevos verdugos y amos “democráticos”, no queremos lavarle el rostro a las instituciones ni demandar reformas constitucionales per se ajenas a la lucha popular. Apostamos por la real transformación de nuestro entorno. Queremos que se vayan todos y que seamos nosotros –el pueblo autoorganizado- quienes nos aboquemos a la tarea de la reconstrucción y convergencia social.

Del mismo modo, hacemos el llamado a interpretar panoramas como el que nos toca vivir donde se desnuda una vez más a un gobierno que entra con promesas por la "izquierda" y termina reprimiendo y actuando por la derecha. Esto que debería estar más que claro deben ser lecciones para renovar la autocrítica dentro de la izquierda combativa buscando nuevas y mejores soluciones. Cierto sector de la izquierda reformista, "democrática y responsable" se ha juntado en un “nuevo” frente político de cara a las elecciones venideras. ¿No ve esta izquierda que -teniendo en cuenta los largos años de letargo y retroceso por parte del fujimorismo y la guerra interna- tenemos una población inmersa en el apoliticismo y el miedo? Este contexto genera una brecha enorme entre la población y los "referentes de izquierda". Sumado a esto el descrédito que tienen los partidos de siempre vuelve inviable ciertas maniobras que por arriba pretenden hacer los líderes añejos de esta izquierda también añeja (y hasta rancia).

El panorama actual nos demanda fortalecer las bases sociales, fortalecer la inserción social en cada barrio, sindicato, fábrica, taller, campo, universidad, etc. Debemos primero erradicar el miedo de protestar en las calles, debemos reestructurar ciertas políticas de participación y representación para construir nuevas relaciones de acción y movilización. Es urgente formar asambleas de discusión en las plazas de la ciudad, seguir agitando y manteniendo dinámicas de acción directa de masas, auto-organización y horizontalidad para avanzar y avanzar.

¡QUE SE VAYAN TOD@S!
¡NINGÚN CONGRESO DENTRO DE
LA "DEMOCRACIA" BURGUESA NOS REPRESENTA!
¡POR AUTO-ORGANIZACIÓN POPULAR, 
DEMOCRACIA DIRECTA Y MOVILIZACIÓN PERMANENTE!
¡AVANZAR DE LA INDIGNACIÓN CIUDADANA 
A LA CONFRONTACIÓN DE CLASES ORGANIZADA Y MILITANTE!
¡ARRIBA LOS Y LAS QUE LUCHAN!

Anarquistas

La Makhnovitchina