Este 12 de octubre los pueblos de Latinoamérica recuerdan que hace 518 años, los invasores europeos llegaron a nuestras tierras, para comenzar lo que sería el genocidio más grande de las comunidades originarias, sus culturas y tradiciones milenarias, cobrando la vida de millones de indígenas en las tierras del "nuevo continente". La orden era colonizar –civilizar, le llaman ellos- a costa de sangre y acero.
Se calcula entre 70 y 80 millones de indígenas pertenecientes a las civilizaciones Inca, Azteca, Maya, Aymará, Tupí-guaraní, Araucana, Chibcha, Timote, Aruak y Karib fueron sometidos y exterminados a causa de la “conquista” y colonización española, portuguesa, francesa, inglesa, holandesa y danesa, siendo esto los primeros antecedentes de la formación de Imperios de dominación, en nuestra región. Así mismo se calcula que al menos a 45 millones de africanos -secuestrados previamente de sus lugares de origen- fueron utilizaron como mano de obra esclava en la tierras de la nueva América.
Entonces, es a partir de 1942 (con el hito de la llegada de Cristóbal Colón), que se va a dar inicio a todo un período de explotación salvaje, de desplazamiento de pueblos enteros, de exterminio de culturas autóctonas, de imposición de creencias y supersticiones occidentales, de segregación y exclusión que aún hoy pervive, pero que al mismo tiempo fueron generándose las condiciones para las rebeliones constantes de los pueblos dominados, se fueron gestando los primeros gritos de independencia y liberación. Este proceso aún no acaba y sigue su camino, pues los amos se mantiene, han cambiado de nombre y rostro, pero en esencia son los mismos.
Pueblos sometidos, pueblos en rebeldía
Es así que Haití, fue el primer país del continente en conseguir su independencia de la Corona Francesa en 1804, pero ser la primera república negra del mundo le costó la muerte de más de 150 mil personas, además el suplicio que vivió en las cárceles francesas el líder independentista y antiesclavista haitiano, Toussaint Louverture (1743-1803), el asesinato de su sucesor en la lucha, Jean Jacques Dessalines (1578-1806), así como el cruento bloqueo económico, político y militar que fue impuesto contra toda la población, fueron intentos desesperados de los franceses para restablecer la esclavitud en el territorio haitiano liberado.
Y en el resto de nuestra Latinoamérica, atravesamos una coyuntura marcada por las conmemoraciones del Bicentenario en varios países (aunque no sea el bicentenario de sus independencias reales, sino del inicio de la lucha por ella, es decir, si el Perú celebrara su aniversario como otros países, no a partir del nacimiento del Estado republicano, sino en función al primer intento por alcanzarlo, se haría el 2011, cuando serán los 200 años del grito emancipador de Francisco de Zela en Tacna)
Esta aparente confusión de fechas induce a un segundo error. A veces se piensa que las otras repúblicas americanas han superado la herencia colonial y han construido Estados integrados y respetuosos de su población. Ese argumento sostiene que en el Perú estaríamos retrasados, que seguiríamos siendo víctimas del racismo y la exclusión, que provendrían de vicios coloniales, supuestamente intactos entre nosotros y superados en los demás países.
Pero el tema de los mapuches en Chile demuestra que tal afirmación es errónea. En efecto, ningún país americano ha superado la herencia colonial con los pueblos originarios. En algunos casos, el mestizaje fue masivo y abarcó a buena parte de la población indígena, diluyendo el tema. Pero ahí donde los indígenas sobrevivieron y no fueron absorbidos, sus derechos fueron arrasados después de la independencia.
Es decir, Chile se formó arrebatándole al pueblo Mapuche el territorio que los españoles no pudieron arrebatarles. Es decir, la república criolla fue más cruel con los indígenas que los españoles mismos.
Semejante al caso peruano, donde la independencia significó la anulación de la comunidad campesina y la ofensiva terrateniente sobre las tierras de indios. En nuestro caso, el mismo Simón Bolívar decretó la disolución de la comunidad campesina. En ambas Américas se vivió un proceso similar.
Vale mencionar que las repúblicas que están celebrando sus bicentenarios han anulado los derechos de los pueblos originarios. A 500 años de la invasión europea y 200 de supuesta independencia política, los indígenas latinoamericanos siguen siendo los grandes perdedores de la invasión de Occidente.
El pueblo peruano también existe y resiste
Nuestro país afronta un gobierno de marcado carácter anti-popular, demagógico y fiel a las recetas neoliberales dictadas desde EE.UU. Estamos en la última recta de la actual gestión aprista y ya podemos contar un saldo bastante negativo para los sectores populares que han sido sumidos más hondo con políticas de hambre y miseria, con la propuesta de Decretos Legislativos nocivos a los intereses populares y en beneficio de los sectores privilegiados (empresariado, derecha política y económica, iglesia, militares, etc.).
Este gobierno no ha dudado ni un momento en firmar Tratados Comerciales que acrecientan la brecha de desigualdad social, no ha dudado en aliarse con sectores ultra conservadores para gestionar políticas de interés público, no ha dudado en concesionar tierras y pueblos originarios para vendérselas al mejor postor trasnacional y no ha dudado en extender sus afanes por criminalizar las justas protestas sociales y reprimir todo intento de reclamo, reivindicación o defensa de nuestros recursos y tierras.
Tal es el caso de la protesta del pueblo cusqueño que tuvo a más de 20 mil manifestantes acatando de manera masiva y contundente un paro regional de 48 horas contra el proyecto agro-energético Majes-Siguas II, rechazado por la provincia de Espinar. Prueba de esto fue que el transporte, los mercados, los bancos, las labores académicas y el servicio turístico se vieron obligados a suspender sus actividades. Frente a estas medidas de lucha, el Estado naturalmente reaccionó con más violencia y represión causando víctimas mortales y más de diecisiete heridos por impacto de arma de fuego, entre los cuales se registran cinco menores de edad.
Es importante mencionar que el pueblo cusqueño se opone a este proyecto destinado a abastecer de recursos hídricos al Cusco y que ocasionaría para Espinar un déficit de 12.8 millones de metros cúbicos de agua al año procedentes del río Apurímac. Así mismo decimos claramente que la responsabilidad del gobierno aprista, es evidente, pues el Presidente del Consejo de Ministros, José Antonio Chang Escobedo, es también el Presidente del directorio de Pro Inversión, que ha otorgado la buena pro del proyecto Majes Siguas. De modo que Chang opera como juez y parte. A su vez, Chang Escobedo ordenó la masacre de los manifestantes en Espinar, haciendo uso de los decretos que criminalizan la protesta y garantizan la impunidad de los policías que disparen contra el pueblo.
Por otro lado, el Presidente García Pérez, en su último discurso de 28 de julio ante el Congreso, sew dedicó a trastocar las cifras del “crecimiento” económico, pretendiendo vender la imagen del Perú como un país del primer mundo, fiable a las santas inversiones exntranjeras. Es decir, su proposito es persistir con su política económica neoliberal, favorecer a las transnacionales de la muerte con el mito de la inversión extranjera; y por otro lado, seguir explotando a la inmensa mayoría de peruanos, profundizando la privatización de territorios indígenas, recursos naturales, puertos, aeropuertos, agua; mientras los faenones de corrupción continúan en la impunidad.
Y respecto del gas de Camisea –otro tema vital en recursos energéticos del país- ha sido clara la mentira a todo el país, cuando se afirma que contamos con las suficientes reservas, como para seguir exportando dicho recurso, anunciando la “renegociación” de las regalías, olvidándose que las razones que explican seriamente la resistencia y lucha de los pueblos del Sur, especialmente del Cuzco y los hermanos indígenas Mashigenkas del Urubamba, es precisamente priorizar la producción del gas para el mercado regional, según las leyes con que se suscribió, debe abastecer el mercado nacional y regional.
No contento con esto, el gobierno aprista pretende ampliar la capacidad de transporte de gas a través de la empresa TGP, que mediante el proyecto “Looq Selva”, busca construir un par de ductos subterráneos de 143 kms cada uno, atravesando 3.5 kms del Santuario Nacional Megantoni, con un diámetro de 4 metros, con una trocha de 25 metros de ancho. El impacto ambiental y social será profundo y de imprevisibles consecuencias. Entre el 2004 y 2007 hubo 7 derrames, estando nuevo el ducto y será mucho peor en los 30 años de duración del contrato. La lucha del pueblo de la Convención, Cusco y de nuestros hermanos indígenas del Urubamba, en defensa del Gas y del Santuario Nacional Megantoni, es una lucha en defensa de los recursos, las tierras y la vida misma.
Avancemos, avancemos…
Entonces, este marco de conmemoración no puede ser pasada por alto, no podemos olvidar que tenemos cinco siglos de abusos, de explotación, de violencia que deben terminar. No olvidemos que los amos imperialistas no se han ido, siguen aquí, solo han cambiado de rostro y de discurso. Las antiguas carabelas que navegaron por los océanos, hoy son tanques y aviones de ultima tecnología que crean bases militares yanquis en suelo latinoamericano. Las antiguas cruces reales hoy son símbolos de marcas de multinacionales capitalistas, los antiguos colonizadores hoy son los jefes del Imperialismo Norteamericano que en contubernio con la Unión Europea, los grandes grupos de poner nacionales e internacionales y los gobiernos serviles –cual otrora Felipillo- como el nuestro.
Frente a las arremetidas del actual modelo económico y frente a la imposición de estado de las cosas que pretende pasarse como democrático y humanista, frente a los discursos fatalistas del fin de la historia y de la muerte de las utopías, levantemos banderas de lucha y resistencia. Levantemos la unidad de todos los que luchan, de todos los pueblos y sectores explotados y emprendamos la real liberación de todas las cadenas que nos someten. No cambiemos de verdugos, sino que atrevámonos a ir más allá. A construir desde las bases el nuevo mundo, donde quepan todos los mundos.
Hagamos real aquel grito revolucionario que clamaron hermanos mexicanos o españoles por Tierra y Libertad, comprendiendo su verdadero concepto libertario, por fuera de consignas y mal usos partidistas. De nosotros y nosotras depende el rumbo que sigan nuestros pueblos y la defensa irrestricta de nuestra cultura y nuestras vidas. ¡Avancemos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario